La fundación de Jamiltepec

 

Hay dos maneras de contar la fundación de Jamiltepec, pero es  imposible precisar si  fue de una u otra manera; sin embargo, en  las  páginas siguientes veremos como cuentan los ancianos su fundación. He aquí la primera versión.

 

 La Formación de Jamiltepec por la unión de varias comunidades

Por  aquel entonces, la gente no conocía lo que  era la armonía o la  unidad. Sin embargo, llego el día en que todas las comunidades de la región   se unificaron, formando así una sola comunidad,   la cual se llama Kasandoꞌo (en mixteco antiguo Cadzandoho). Alrededor de  lo  que  hoy  es  Jamiltepec hubo  muchas pequeñas comunidades. Algunas de  las  principales fueron:

a) Ñáyɨvɨ chiyo̱ Yuku Tiñoo

b) Ñáyɨvɨ chiyo̱ Yuku Chakuaa

c) Ñáyɨvɨ chiyo̱ Yutya Ñukoso

d) Ñáyɨvɨ chiyo̱ Yuku Ino

c) Ñáyɨvɨ chiyo̱ Yuku Tiño

 

Estas fueron las principales comunidades que se unieron para formar Jamiltepec. Eran comunidades indígenas formadas de pocos habitantes y cada una de ellas se regía  por sí misma,   sin tomar en cuenta  a  las demás. Aunque eran de la misma  raza   y  del mismo idioma, no estaban unidas, pues cada comunidad hacia lo que más le convenía sin importarle si perjudicaba o no a las otras y a veces hasta se hacían guerras entre ellas. Así  se encontraban estas comunidades cuando llegó un personaje que cambió por complete el modo de vida de esta gente. Este fue  un noble que vino  de  la Mixteca Alta, el  cual, al  ver a sus  hermanos de raza viviendo de esa manera, se molestó mucho e inmediatamente se propuso lograr que las comunidades se unieran y  explicarles así las ventajas que existían con la unidad y  la  armonía. Fue de  esta manera como logró que todas las comunidades se unieran en una  sola. Después, les enseñó una nueva forma para construir habitaciones con un tipo de zacate (paja)  y  barro y también les  enseñó otros tipos de trabajos y  oficios que  ellos podían desempeñar, pues le interesaba mucho que   sus  hermanos de raza fueran prósperos en todo sentido. Ahora veremos como cada una de  las comunidades se  fue   instalando para formar la  nueva comunidad. Cada una  de  ellas  se estableció en orden, sin  mezclarse con las  otras y formando cada una un barrio dentro de  la nueva comunidad, quedando establecidas de  esta manera:

Los de Yuku Tiñoo  se establecieron en lo que  hoy  es  el  Barrio Grande. Se  llamó así  a este barrio porque se dice que la comunidad Yuku Tiñoo  fue  la más  grande. Los de Yuku Chakuaa  se establecieron en  lo que hoy  es  el Barrio de  San Jacinto y se  les llamo ñu inga chiyo o simplemente ñu chiyo que  quiere decir "gente de  aquel lado", porque provenían del otro lado  de Piedra Parada, de las  cuatro comunidades, ellos fueron los  que  vinieron de más lejos. Estas dos primeras comunidades, aunque en un sentido ya se habían unido, seguían teniendo pleitos entre ellas y no podían vivir en  armonía. Si alguno de  un barrio salía y entraba al  otro, de  seguro le iba mal y fue hasta hace poco que dejaron de hacer esto; aunque eso sí, cuando se trataba de proyectos o de trabajo que  emprendían en conjunto, siempre estaban unidos. Las  otras dos comunidades, Yuku Ino y Yutya Ñukoso, que  eran las   más  pequeñas y las   únicas unidas, fueron más  progresistas que las otras. La comunidad de Yutya Ñukoso, que  quiere decir "arroyo o río  de la gente que  riega", tal como su nombre lo indica, utilizaba el     riego para la  agricultura, pues se  les  facilitaba bastante por vivir a orillas de  un arroyo muy grande, que tal vez en aquel entonces fue rio. El  tener riego les  permita obtener varias cosechas al año. La comunidad de Yucu Ino, que quiere decir "cerro del  espejo", tal vez  debía su nombre a que  su gente trabajaba con ciertos tipos de  piedras preciosas. Tal vez por ser más pequeñas que las otras comunidades, Yutya Nucoso y  Yucu  Ino fueron más unidas y  más progresistas y por  esa razón formaron entre las dos un barrio en la nueva comunidad que se llamó: Ñuu Cuatyi, que  quiere decir  "pueblos chicos", conocido en  la actualidad como Barrio Chico. Así fue   como se fueron estableciendo todas estas comunidades en una sola. Pero aún no estaba completamente formada, pues faltaba el  barrio principal, que   se forme después por nobles y  gente principal, que llevarían a la nueva comunidad al progreso por medio de   sus conocimientos. Estos personajes, provenientes de   la  Mixteca Alta, fueron traídos a esta nueva comunidad para instruir a la gente, enseñándole diversos trabajos, ciencias y oficios.  Fue el  mismo noble que había promovido la unificación de estas pequeñas comunidades quien los  trajo, ya que  él     se interesaba mucho en  que  esta nueva comunidad  florecier y como en  mixteco la palabra toꞌo quiere decir "noble" o "principal", se llamó:   Ñu Toꞌo  o "de los nobles", conocido este en la actualidad como:  Ñu toꞌo.

Así es como se forma la nueva comunidad de  las  comunidades que antes no conocían los beneficios resultantes de  la armonía y la unión. Al verse unidas y formando un solo pueblo, se  sentían felices y por esa razón le pusieron a la nueva comunidad el nombre Kasandoꞌo (Cadzandoho),  porque por medio de este dicho el personaje que  era su gobernante los  animo a unirse. Esta palabra significa "todos  juntos harán adobes". De esta manera se  forma Jamiltepec y obtuvo su  nombre Kasandoꞌo,  según la primera de  las  dos versiones.

 

El Reino que fue Trasladado

La otra manera en  que los  ancianos cuentan la fundación de Jamiltepec es la siguiente: Se dice que en lo pasado, antes de que los españoles llegaran a América cuando aún  estas tierras se encontraban habitadas por  puros mixtecos, se hallaba en  Yuku Chakuaa  (Cerro Grande), un  reino muy  floreciente donde todo era felicidad, pues además de  que  el rey era muy bondadoso, había muy buenas tierras para  el cultivo. Se obtenían siempre ricas cosechas, ya  que  las  lluvias no escaseaban. La caza era abundante, pues en el campo había multitud de venados, jabalines, faisanes y otros de donde se sacaba la carne para alimentación. También había animales tales como tigres, ocelotes, tigrillos, pumas, leopardos y víboras venenosas de donde se obtenían pieles, pero que al mismo tiempo eran animales perjudiciales, ya que si una persona se descuidaba, caía bajo las  garras o colmillos  de estos. Pero existía además otro peligro mayor, del cual la gente vivía continuamente atemorizada. Era una clase de águilas de  gran tamaño y de dos cabezas (bicéfalos) que existía por aquel entonces. A estas les gustaba principalmente alimentarse de carne humana, sobre todo cuando se trataba de  una persona de tierna edad.

La gente sabía defenderse muy  bien de los  animales terrestres, como tigres, serpientes u otros, pero frente al peligro que causaban las  águilas, no  sabían cómo. Por  eso  buscaron moldes para defenderse de este peligro, ya que  estas águilas eran demasiado agiles, a pesar de su gran tamaño. Idearon tipo de canastos (chiqui­huites), los cuales se ponían en  la cabeza como medio de protección. Siempre que alguien salía de  su casa, se ponía el chiquigüite en la cabeza, así  que si el águila lo atrapaba, solamente se llevaba el chiquigüite, creyendo que se llevaba a la persona. Así  era  como escapaba la gente de  ser atrapada por las garras del animal. Pero aunque se tomaban todas estas clases de medidas, siempre había pérdida de gente. En una  ocasión, el hijo del rey  fue atrapado por  un águila sin que  hubiera tiempo para salvarlo, debido a la rapidez con   que  este tipo de animal actúa.              La gente del lugar quería mucho a  su  rey,  por su bondad y su conciencia de  los  problemas del pueblo. Así que, viendo la desgracia sufrida por su rey, inmediatamente hicieron un plan para buscar al  príncipe. Se repartieron los hombres más  diestros del lugar en varios grupos y bien protegidos, siguieron la ruta que hab1a o tornado el  águila bicéfala. La búsqueda fue minuciosa, tramo por tramo, sobre peñascos o bien sobre arboles de gran tamaño. De cualquier lugar sospechoso hacían una cuidadosa observación. La búsqueda duro varios sin  ningún resultado. Por  fin, a los siete u ocho  días  grupo llego bajo un árbol muy frondoso (no sabemos qué tipo de árbol haya sido), donde encontraron unos restos y entre ellos tiras de  ropa  que coincidían con la que usaba el  príncipe; también los  huesos o restos coincidían con la edad del joven. Inmediatamente comunicaron este hallazgo a los  demás grupos y al  rey,  para   saber qué  hacer con los restos. El  rey  ordeno  que los restos  se enterraran  en  el mismo lugar en  que se habían descubierto y dio a conocer que,  a partir de ese momento, la comunidad se trasladaría hacia ese lugar, en  honor del   joven príncipe. A los del pueblo les agrado la idea, ya que deseaban corresponder a la bondad de su rey e inmediatamente hicieron el  traslado de  la comunidad de  Yuku  Chakuaa a donde se encontraban los restos. En honor del joven príncipe, que se llamaba Jamilli, la nueva comunidad se llama Jamiltepec (cerro de  Jamilli).

 

Nota: En mixteco la palabra Kasandoꞌo quiere decir “todos juntos harán adobes”: casa indica unión de  varias personas para construir o hacer algo y es,  en  la actualidad, como se usa  en  la  costa. Por ejemplo, nduvaꞌa ellos componen" (ca "plural"; sa "hacer") nduvaha "se hace bueno", ra "(el").               

En la Mixteca Alta se escribe en forma distinta, cadza y  tiene dos significados por lo  menos: "cerro”  y  " hacer algo   en    unión",  aunque en la costa tenga únicamente el significado de hacer  algo  en  unión. Ahora bien, en náhuatl, la palabra Jamiltepec quiere decir "en   el   cerro de adobes" (xami "adobe"; tepe "cerro": c "en"). Como los  aztecas, en sus conquistas, hicieron contacto primero con la  Mixteca Alta, tuvieron conocimiento de  los  dos significados de   la palabra. Al parecerles que  en náhuatl el significado  de "cerro" se adaptaba más, fue  por  ello que la comunidad se quedó con el nombre de   Jamiltepec   "en   el  cerro de   adobe" que  también era   el    otro significado de Kasandoꞌo.

Autor: Alfredo Bautista Mejía

Idioma: Mixteco de  Jamiltepec, Oaxaca

Asesora Lingüística: Andrea Johnson P.

Esta edición consta de 200 ejemplares

QG-9-753